Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
Confucio
Antes de analizar el impacto de la crisis en la economía ecuatoriana, conviene tener presente que Ecuador viene arrastrando una pesada crisis social y económica, sobre todo en las últimas dos décadas y media. Esta crisis ha sido el resultado de un proceso acumulativo de políticas inspiradas en el Consenso de Washington, que necesariamente deben ser superadas para poder dar respuestas adecuadas a la actual crisis internacional.
Curiosamente, el año 2008 el país registró una importante recuperación económica, cuando el PIB creció en 6,6%, a pesar de que en los últimos meses del año ya se empezó a sentir el efecto de la desaceleración económica internacional . En términos reales, el PIB per cápita pasó de 1.624 dólares en 2007 a 1.685 en 2008, con un aumento del 3,75%.
El aporte del petróleo es indudable, tanto de forma directa como indirecta. Recuérdese que el petróleo representó el 22,2% del PIB, el 63,1% de las exportaciones y el 46,6% del Presupuesto General del Estado, en el año 2008.
El mejor desempeño correspondió no sólo a los mayores ingresos petroleros, cuanto al adecuado uso de los recursos públicos, orientados hacia la reconstrucción vial y vivienda. En este punto se registra un sustantivo cambio a lo que había sido la tónica de gobiernos anteriores, que no canalizaron los recursos disponibles a la inversión, sino que los tenían atesorados para atender preferentemente las demandas de la deuda pública.
La crisis económica global y su impacto sobre el país
Los impactos de la crisis económica se sienten con creciente fuerza en todos los países de América Latina. A contrapelo de muchos discursos oficiales, no hay país alguno que pueda considerarse blindado frente a los embates de la crisis.
En Ecuador, una de las peores amenazas económicas de corto plazo es una potencial iliquidez, agravada por la dolarización y por una apertura comercial a ultranza e ingenua, que configuran una receta explosiva. Rigideces, como la dolarización, a las que se suman otros problemas estructurales, son las que tienen maniatada a la economía ecuatoriana.
En los últimos años la economía ecuatoriana dolarizada se ha financiado por una serie de ingresos externos. Los principales han sido las siguientes:
– Las exportaciones petroleras, influenciadas positivamente por la recuperación de los precios del crudo.
– La creciente demanda de productos tradicionales y no tradicionales como consecuencia del crecimiento económico en varias regiones del mundo, particularmente China e India.
– Las remesas de los trabajadores ecuatorianos en el exterior, especialmente Estados Unidos, España e Italia.
– El endeudamiento externo de agentes económicos privados, pues el Estado no ha tenido mayores presiones para endeudarse debido a los elevados ingresos petroleros.
– Las inversiones extranjeras, normalmente poco propensas para llegar a Ecuador, experimentaron una recuperación en el año 2008.
Justamente las fuentes de estos ingresos externos, que han sostenido la economía
dolarizada, se han transformado en bandas de transmisión de la crisis, a saber:
– Ingresos petroleros a la baja
Desde enero de 2007 el precio del petróleo comenzó una senda alcista que le llevó a su máximo nivel en junio de 2008 con un precio de 121 dólares por barril. A partir de ese momento los precios se desplomaron. El Informe del Banco Central indica que, en promedio, el precio del barril de crudo ecuatoriano fue de 44,6 dólares hasta mayo de 2009; lo que significa una importante reducción en comparación al mismo período del año 2008, que alcanzó 99,7 dólares por barril. Cada dólar de reducción del precio del barril de crudo ecuatoriano supone una disminución neta en los ingresos públicos de 57,8 millones de dólares, aproximadamente; en este cálculo se ha integrado la reducción que representa la menor cotización del crudo en términos de los derivados que se importan.
Las expectativas optimistas señalan que los precios se mantendrán en el año 2009 en niveles que fluctuarían en promedio alrededor de los 50 dólares por barril para el crudo ecuatoriano, con un mayor incremento para el año 2010. El ajuste de la economía no se orientaría por los debilitados precios estimados en estos dos años. Hacerlo sería provocar efectos recesivos mayores. La expectativa oficial es que al cabo de este lapso el precio del crudo ecuatoriano se recupere a unos 80 dólares por barril, como consecuencia de la recuperación de la economía mundial.
– La caída de las remesas
El envío de las remesas ha sido la variable más afectada por la crisis. Las remesas
cayeron en el 2008, por primera vez, en un 9,4% respecto al 2007; es decir de 3.088 millones de dólares en el 2007 a 2.822 millones en el 2008. En relación al PIB la caída es del 6,74% al 5,37%, en el mismo período. Al primer trimestre del 2009, las remesas presentan una caída del -27,04%, 200 millones menos a lo recibido en el mismo período
del año 2008.
Las expectativas de reducción de los ingresos por remesas hablan de 800 millones de dólares, que afectarían gravemente el consumo de muchas familias, sobre todo de sectores de clase media baja y algunos segmentos populares, que son los principales beneficiarios de dichas remesas.
Esta tendencia se explica porque durante 2009 se prevé una reducción en el crecimiento del PIB de Estados Unidos y España, en donde está el grueso de los emigrantes ecuatorianos. En ambos casos, la disminución de las remesas se debe a la caída del empleo en los sectores de servicios y construcción donde se encuentran empleados la mayor parte de compatriotas.
– Inversiones extranjeras
Para comprender cuál es la perspectiva de las inversiones extranjeras, es preciso saber que la economía ecuatoriana tradicionalmente no ha sido atractiva a los capitales foráneos, a diferencia de sus vecinos inmediatos. Estas inversiones se han afincado en el país, independientemente de las condiciones macroeconómicas, dependiendo de las posibilidades de hacer negocio en áreas específicas, como la petrolera.
Las inversiones extranjeras directas crecieron de 193 millones de dólares en 2007 a 973,5 millones a fines de 2008. Pero, a su vez, generaron obligaciones por intereses, dividendos o beneficios de 369,2 millones de dólares, llegando la renta pagada por el país a 787 millones en el año 2008.
Para el año 2009 no se pueden esperar cambios sustanciales. Los esfuerzos desplegados por el gobierno para atraer inversiones extranjeras en el desarrollo de la minería metálica a gran escala no rendirán sus frutos inmediatamente. Por un lado, estos proyectos requieren un tiempo de maduración de algunos años y, por otro, los precios de la mayoría de metales, con excepción del oro, están deprimidos. Adicionalmente hay que considerar la creciente resistencia a la minería a gran escala en algunas regiones del país.
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